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Del escritor amigo chileno Alfonso Larrahona Kästen:
a) La soledad
mi sombra solamente
en nuestra pieza.
b) Tu desnudez:
vertiente donde libo
la miel del mundo.
c) Oscuro estaba,
amor, tú me asistías
me iluminabas.
No podemos dejar de remarcar que lo que más nos conmueve de un haiku es lo que ocurre en los lectores; el sentirlo desde ese lugar del poeta teniendo en cuenta que "su decir" se oculta o permanece en lo no dicho. Cada poema habla desde la totalidad del "Poema único" desde donde emerge cual una ola, "su decir poético". El "cambio y la permanencia" son principios inmanentes en la poesía haiku de Basho en particular. Éste sostenía que "su estilo" debía "cambiar con cada año y refrescarse con cada mes". Por tanto, es imposible querer reflejar en nuestros poemas personales, el estilo de otro poeta. Cada poeta es único como único su poema. Lo momentáneo se entrecruza con lo constante, o sea, lo que permanece por ser eterno. Tal la poesía de Basho cuando presenta las aguas del estanque, inmóviles, sin tiempo. La rana, al zambullirse en el agua, produce la unión de lo eterno e inmutable con lo temporal y pasajero. Cuando lo intemporal y lo temporal se cruzan en coordinación perfecta, se ha logrado la realización total del haiku. De lo contrario, éste no llegará a la verdad que proviene de la esencia misma del habla.
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