jueves, 19 de noviembre de 2015

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    El Zen es pues, lo indefinible. Como remarca María Marta Garabato, se podría decir, "¡es esto!" Porque trasciende el lenguaje, no deja que lo atrapen ni por la afirmación ni por la negación pues ambas son "trampas que limitan lo infinito."
    Para los japoneses, el Zen es una manera muy propia de mirar la vida, en forma simple y directa, viendo el mundo y las cosas como son pero, a su vez, "como aspectos entremezclados del TODO". Quien tenga un alma y espíritu puros como los niños, podrá llegar a reconocer que "las cosas son un fin en sí mismas pero no tienen fin." Es muy interesante reconocer que "todo es puro para  los puros."

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