jueves, 19 de noviembre de 2015

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    Es en el siglo XIX   cuando el haiku recobra su pureza inicial luego de haber pasado por un período manierista como suele suceder con las distintas ramas del arte. 
    El haiku libre es más breve aún que el ortodoxo. Ya no son las 17 sílabas clásicas sino que el poeta logra, mediante muy pocos vocablos, trasmitir su emoción si realmente ha llegado a un estado de satori auténtico. 
     Dos ejemplos de la autora María Marta Garabato:
          1) escondida /  la nocche  /  no me encuentra

2) cabello gris  /  dice  / mi nombre

    En su versión libre, el haiku "puede llegar a ser más breve que lo breve". Contemplando una obra de arte que nos atrape, podemos emitir un ¡ah! que es admiración, sorpresa, recogimiento, gesto... Esa sola interjección en lengua japonesa, según la autora mencionada, es todo un poema.
No todos podemos estar de acuerdo con esto; solo quien haya encontrado el estado de perfecta iluminación podrá aceptarlo...

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