jueves, 19 de noviembre de 2015

26

    El japonés que se adentra en la maravilla del Zen, se ha adentrado en la naturaleza más que en los libros. Es en ella que el hombre encuentra ese ¡ah! de las cosas porque ha logrado saltar del pensar al saber. Ha podido, construyendo un puente espiritual desde su experiencia al conocimiento directo, ese estado de plenitud o satori que "es la medida del Zen" sin lo cual dicho estado carecería de sentido. Prepararse para ello requiere una paciente y tenaz dedicación, también fortaleza, desprendimiento y amor ya que el hombre en el sentido budista, es su mente y ésta es la resultante veraz "de causas que fraguó en el pasado."
    Casi todos los haiku japoneses han sido escritos "bajo los efectos del satori"; por tanto, obedecen a la cultura budista. Sin embargo, los occidentales reconocemos cuán bien se puede aprehender algo tan hermoso a fin de enriquecer nuestra mente y nuestro espíritu.

No hay comentarios:

Publicar un comentario