jueves, 19 de noviembre de 2015

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    Afirma María Marta Garabato en su "Aproximación al Haiku libre", que éste es la puerta hacia el misterio no develado de la última energía o de la gran fuerza". Responde al poeta si éste ha conseguido "mimetizarse con el poema que acaba de alcanzar" y lo convierte ora en río, ora en pájaro, ora en flor...
    Siguiendo con la autora aludida, cada haiku es así como "un relámpago de la espiritualidad" convertido en palabras. Si no comprendemos esto, será imposible abarcar algo tan sencillo en apariencia, tan ingenuo como apartado de la música que en sí misma encierra la poesía, y tan profundo como la existencia misma.
    H.G. Henderson manifiesta: "El haiku puede ser de muchas clases, grave o bullicioso, profundo o superficial, religioso, satírico, triste, humorístico o encantador, pero todos los haiku dignos de tal nombre son documentos de momentos cumbre, más altos, al menos, que el llano circundante. Y en las manos de un maestro, un haiku puede ser la esencia concentrada de la poesía pura."
    El Premio Nobel de Literatura Octavio Paz, ha dicho del haiku que éste es algo así como "una cápsula cargada de poesía capaz de hacer saltar la realidad aparente." Y José Juan Tablada sostiene que los haiku expresan "especialmente sentimientos y son difíciles de traducir." Por ejemplo dice: "La palabra japonesa kokoro es el corazón y la mente, la sensación y el pensamiento, y las mismas entrañas, como si a  los  japoneses no les bastase sentir solo con el corazón".

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