jueves, 12 de septiembre de 2013

LA BARCA- Cuando el silencio es voz

En el quieto remanso quedó latente un sueño.
Sólo algunas libélulas
ensayan
a la luz de un farol enmohecido
la danza de la muerte.

Se perdió en el ocaso un largo sol de enero.
Dormida en la ribera
la barca
soñando se estremece con el río
que le besa su vientre.

Más allá de la vida, tras el vasto silencio
han quedado muy quietas,
esclavas
de un pasado sin voz y sin latidos
mis lágrimas que duelen.

La barca ya no tiene su velamen inquieto
de un pasado de estelas
colmadas
de imposibles milagros que acaricio
tras mi escondida fiebre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario