Más allá del dolor está tu cielo;
Más allá de la noche está el milagro.
Las brumas insondables de un silencio
esconden las caricias que yo guardo.
Intacto en mi memoria tu recuerdo
Cual preludio
elegíaco sumado
a los días y noches del desvelo
fecundado de luz en holocausto.
Fueron mieles y
fiebres los anhelos,
Despertar de pasión nuestros espacios
que invaden mis sentidos con los ecos
de un pasado inviolable venerado.
Perduran en mi piel todos tus besos
y de amor me estremezco y no te alcanzo.
No reclamo tu voz mas sí te espero
como ayer, como siempre, sin cansancio.
Tras denodadas ansias del regreso,
entre lunas y soles yo te aguardo
para libar del cáliz de tu aliento
compartiendo esta sed que me has dejado.
Dos pájaros dorados van en vuelo,
un bendecido amor feliz y raudo,
una pasión sin fin nuestro embeleso,
hacia la luz tú y yo, sin separarnos.
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